El diablo, el pirata y Felipe Calderón. Caras de los Judas en México
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AlEBRIJES - ZOOLOGÍA FANTÁSTICA
Objetos hechos en cartonería son la parte esencial de las fiestas mexicanas
y del arte efímero. Sus mayores protagonistas, como judas, mojigangas, piña-
tas, torritos o castillos, llegaron a México con la conquista española, y sin em-
bargo hoy en día son la parte de las costumbres mexicanas. Aunque los alebrijes
no son parte de la herencia española, sino del resultado del sueño de un artesa-
no, Pedro Linares. Gracias a él, la cartonería ganó valoración entre los artistas
y los alebrijes la fama internacional. Estos seres de rasgos surrealistas, como
si vinieran de la zoología fantástica de Borges, forman parte de las exposicio-
nes y de las colecciones de los museos mexicanos y extranjeros, por ejemplo
de Museo de las Culturas Populares, Museo de Arte Popular, Fowler Museum
(Los Ángeles), George Pompidou (Francia), Museum of Mankind (Londres),
y también del Royal Museum of Scotland (Edinburgo).
Según los investigadores del arte popular mexicano, alebrijes es una
expresión artística de la imaginación de un artesano materializada en esculturas
fantásticas. Pedro Linares6, el padre de este tipo de artesanía, vivió en el barrio
Merced-Balbuena y como la mayoría de los artesanos, comenzó básicamente
como judero. La historia dice, que en los años cincuenta “...padecía de úlcera
gástrica, enfermedad que provocaba en él altas fiebres y delirios. Cierto día, es-
tando enfermo, tuvo un sueño que le cambiaría la vida. Don Pedro contaba que
cuando en sueños bajó a los infiernos, se le aparecieron algunas «almas» que le
decían que regresara por donde había llegado”7 pero no podía encontrar su ca-
mino de regreso.
Muy triste decidió encaminar sus pasos hacia una dirección; siguió cami-
nando hasta que vio a un grupo de personas que, atemorizadas esperaban
su turno para caminar sobre una barda muy alta y angosta que se exten-
día sobre un profundo abismo. Afanados en no caer, cada uno avanzaba
de diferente manera: unos lo hacían parados, otros sentados, pero inva-
riablemente todos caían al precipicio, lo que provocó en don Pedro mu-
cho miedo. Cuando le tocó su tumo, tuvo la idea de montarse sobre la
barda para no caerse, y así lo hizo; poco a poco iba avanzando, mientras
escuchaba los gritos de los que se caían. (...) Caminó y caminó hasta que
pasó del otro lado. Llegó a un monte muy alto, y fue allí donde empe-
6 Pedro Linares (1906-1992), creador de los alebrijes. Su trabajo ha sido investigado y des-
crito por Susan Masuoka En calavera. The PapierMáché Art of the Linares Family, 1994, UCLA
Folwer Museum of Cultural History. Su trabajo ha sido presentado en la película Pedro Linares,
que forma parte del ciclo Grandes Maestros del Arte Popular editado por Conaculta.
7 Iruretagoena Olalde, López de Silanes Vales 2003: 262.
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AlEBRIJES - ZOOLOGÍA FANTÁSTICA
Objetos hechos en cartonería son la parte esencial de las fiestas mexicanas
y del arte efímero. Sus mayores protagonistas, como judas, mojigangas, piña-
tas, torritos o castillos, llegaron a México con la conquista española, y sin em-
bargo hoy en día son la parte de las costumbres mexicanas. Aunque los alebrijes
no son parte de la herencia española, sino del resultado del sueño de un artesa-
no, Pedro Linares. Gracias a él, la cartonería ganó valoración entre los artistas
y los alebrijes la fama internacional. Estos seres de rasgos surrealistas, como
si vinieran de la zoología fantástica de Borges, forman parte de las exposicio-
nes y de las colecciones de los museos mexicanos y extranjeros, por ejemplo
de Museo de las Culturas Populares, Museo de Arte Popular, Fowler Museum
(Los Ángeles), George Pompidou (Francia), Museum of Mankind (Londres),
y también del Royal Museum of Scotland (Edinburgo).
Según los investigadores del arte popular mexicano, alebrijes es una
expresión artística de la imaginación de un artesano materializada en esculturas
fantásticas. Pedro Linares6, el padre de este tipo de artesanía, vivió en el barrio
Merced-Balbuena y como la mayoría de los artesanos, comenzó básicamente
como judero. La historia dice, que en los años cincuenta “...padecía de úlcera
gástrica, enfermedad que provocaba en él altas fiebres y delirios. Cierto día, es-
tando enfermo, tuvo un sueño que le cambiaría la vida. Don Pedro contaba que
cuando en sueños bajó a los infiernos, se le aparecieron algunas «almas» que le
decían que regresara por donde había llegado”7 pero no podía encontrar su ca-
mino de regreso.
Muy triste decidió encaminar sus pasos hacia una dirección; siguió cami-
nando hasta que vio a un grupo de personas que, atemorizadas esperaban
su turno para caminar sobre una barda muy alta y angosta que se exten-
día sobre un profundo abismo. Afanados en no caer, cada uno avanzaba
de diferente manera: unos lo hacían parados, otros sentados, pero inva-
riablemente todos caían al precipicio, lo que provocó en don Pedro mu-
cho miedo. Cuando le tocó su tumo, tuvo la idea de montarse sobre la
barda para no caerse, y así lo hizo; poco a poco iba avanzando, mientras
escuchaba los gritos de los que se caían. (...) Caminó y caminó hasta que
pasó del otro lado. Llegó a un monte muy alto, y fue allí donde empe-
6 Pedro Linares (1906-1992), creador de los alebrijes. Su trabajo ha sido investigado y des-
crito por Susan Masuoka En calavera. The PapierMáché Art of the Linares Family, 1994, UCLA
Folwer Museum of Cultural History. Su trabajo ha sido presentado en la película Pedro Linares,
que forma parte del ciclo Grandes Maestros del Arte Popular editado por Conaculta.
7 Iruretagoena Olalde, López de Silanes Vales 2003: 262.