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Mirosław Mąka, Elżbieta Jodłowska
contemporáneos, básicamente por los grupos teatrales ambulantes, durante las
fiestas y ferias en pueblos pequeños dispersos a lo largo y ancho de los inmen-
sos terrenos de los Andes y los del Altiplano. Transmitidas de generación en ge-
neración, copias de estos textos las encontraron los etnógrafos en muchos si-
tios yendo desde Cajamarca en el Norte del Perú hasta el Potosí boliviano. Las
Wankas se han arraigado profundamente en la cultura plebeya de los Andes vol-
viéndose portadores de la historia mítica del Perú en un momento transcenden-
te de su historia: la llegada de los españoles y el inicio de la Conquista. Jugaban
y, en gran medida siguen jugando hasta hoy día, el papel de un mensaje lúdico
cargado de emociones que iba difundiendo la visión popular de aquellos suce-
sos y al mismo tiempo haciendo que se vuelvan parte de un sistema de creen-
cias míticas más amplio y exponiendo de forma particular el tema milenario
que presagiaba el retomo del Inca y el renacimiento de Tawantin Suyu.3 Este
sentido fundamental y constitutivo de las lamentaciones wanka ha sido ya ob-
jeto de análisis profundos. Los detalles del contenido y de la construcción de
estas obras atrapan la atención de sus investigadores por lo complejo que son
sus contextos, lo plural que son las maneras en las que pueden leerse y por la
irrepetible sinergia del contenido verbal y del simbolismo visual que presen-
tan, volviendo una unidad la tragedia y lo cómico de su representación lúdica.4
Por entre la riqueza de los detalles etnográficos que contiene dicha lamen-
tación encontramos una aportación importante y cronológicamente temprana al
tema de nuestra investigación. Un poeta anónimo está construyendo la estruc-
tura del sentimiento de la desdicha a venir en términos siguientes:
Presentía alma mía
sin cesar inquieta en sus suefios-hedorras
aterrorizada.
Mosca azul presagiando la muerte,
un sinfín de desolación.5
Esta mención expressis verbis de la mosca azul proveniente del siglo XVII
nos introduce al temario que queremos tratar en este trabajo. Es él de la mosca
llamada en la lengua quechua chiririnka y el lugar extraordinario que ocupa en
el folclore y en las creencias funerarias de los habitantes de los Andes. Ocupa
la chiririnka un lugar sorprendentemente importante en las creencias an-
dinas siendo un insecto que augura la muerte. Al jugar dicho papel, se hace
notar de forma marcada su presencia en la cultura espiritual de los pueblos an-
dinos que habitan las vastas zonas de la sierra yendo desde Ecuador, pasando
3 Arguedas 1981:173-182 (capítulo: Mitos quechuas poshispánicos); Szemiński, Ziółkows-
ki 2014: 373-398 (capítulo: Inkaski mesjanizm)-, Posern-Zieliñski 1974.
4 Szemiński 1992: 171-193.
5 Inkowie 2015: 72, (subr. por autores).
Mirosław Mąka, Elżbieta Jodłowska
contemporáneos, básicamente por los grupos teatrales ambulantes, durante las
fiestas y ferias en pueblos pequeños dispersos a lo largo y ancho de los inmen-
sos terrenos de los Andes y los del Altiplano. Transmitidas de generación en ge-
neración, copias de estos textos las encontraron los etnógrafos en muchos si-
tios yendo desde Cajamarca en el Norte del Perú hasta el Potosí boliviano. Las
Wankas se han arraigado profundamente en la cultura plebeya de los Andes vol-
viéndose portadores de la historia mítica del Perú en un momento transcenden-
te de su historia: la llegada de los españoles y el inicio de la Conquista. Jugaban
y, en gran medida siguen jugando hasta hoy día, el papel de un mensaje lúdico
cargado de emociones que iba difundiendo la visión popular de aquellos suce-
sos y al mismo tiempo haciendo que se vuelvan parte de un sistema de creen-
cias míticas más amplio y exponiendo de forma particular el tema milenario
que presagiaba el retomo del Inca y el renacimiento de Tawantin Suyu.3 Este
sentido fundamental y constitutivo de las lamentaciones wanka ha sido ya ob-
jeto de análisis profundos. Los detalles del contenido y de la construcción de
estas obras atrapan la atención de sus investigadores por lo complejo que son
sus contextos, lo plural que son las maneras en las que pueden leerse y por la
irrepetible sinergia del contenido verbal y del simbolismo visual que presen-
tan, volviendo una unidad la tragedia y lo cómico de su representación lúdica.4
Por entre la riqueza de los detalles etnográficos que contiene dicha lamen-
tación encontramos una aportación importante y cronológicamente temprana al
tema de nuestra investigación. Un poeta anónimo está construyendo la estruc-
tura del sentimiento de la desdicha a venir en términos siguientes:
Presentía alma mía
sin cesar inquieta en sus suefios-hedorras
aterrorizada.
Mosca azul presagiando la muerte,
un sinfín de desolación.5
Esta mención expressis verbis de la mosca azul proveniente del siglo XVII
nos introduce al temario que queremos tratar en este trabajo. Es él de la mosca
llamada en la lengua quechua chiririnka y el lugar extraordinario que ocupa en
el folclore y en las creencias funerarias de los habitantes de los Andes. Ocupa
la chiririnka un lugar sorprendentemente importante en las creencias an-
dinas siendo un insecto que augura la muerte. Al jugar dicho papel, se hace
notar de forma marcada su presencia en la cultura espiritual de los pueblos an-
dinos que habitan las vastas zonas de la sierra yendo desde Ecuador, pasando
3 Arguedas 1981:173-182 (capítulo: Mitos quechuas poshispánicos); Szemiński, Ziółkows-
ki 2014: 373-398 (capítulo: Inkaski mesjanizm)-, Posern-Zieliñski 1974.
4 Szemiński 1992: 171-193.
5 Inkowie 2015: 72, (subr. por autores).