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https://doi.org/10.11588/diglit.33467#0262
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ARTE HE LA PINTURA.
CAPITULO III.
EN QUE SE PROSIGUE LA MATERIA DEL DECORO.
Mucho de lo que toca al decoro habernos "visto en
el discurso referido, y de la carta pasada lo que per-
tenece á una ñgura sola, pero si representamos la
mayor y más copiosa historia que puede ofrecerse á
un pintor, en ella veríamos cumplidamente las con-
diciones con que en las demás se ha de proceder, y
habríamos cumplido bastantemente con lo que á
esta parte conviene. Y así porque el año de 1614 yo
acabé un lienzo grande de la historia del Juicio
universal en precio de setecientos ducados para el
convento de Santa Isabel de esta ciudad, donde está;
con describir el pensamiento que seguí en su dispo-
sición y en lo que me aparté del común de los pin-
tores, trayendo el ejemplo del más aventajado jui-
cio que se ha pintado jamás (que es el de Micael
Angel), descubriendo la razón que tuve para histo-
rias así, sacarémos de todo apurado el ñn de este
punto.
Y dando principio á este discurso (que no será pien-
so de poco gusto á los que hubieran visto la ejecu-
ción de este cuadro ó el dibujo que yo tengo de él),
digo que observé y vi todas las invenciones que yo
pude y andan en estampa (que son muchas) de esta
copiosa historia, y vi particularmente la de Micael.
ARTE HE LA PINTURA.
CAPITULO III.
EN QUE SE PROSIGUE LA MATERIA DEL DECORO.
Mucho de lo que toca al decoro habernos "visto en
el discurso referido, y de la carta pasada lo que per-
tenece á una ñgura sola, pero si representamos la
mayor y más copiosa historia que puede ofrecerse á
un pintor, en ella veríamos cumplidamente las con-
diciones con que en las demás se ha de proceder, y
habríamos cumplido bastantemente con lo que á
esta parte conviene. Y así porque el año de 1614 yo
acabé un lienzo grande de la historia del Juicio
universal en precio de setecientos ducados para el
convento de Santa Isabel de esta ciudad, donde está;
con describir el pensamiento que seguí en su dispo-
sición y en lo que me aparté del común de los pin-
tores, trayendo el ejemplo del más aventajado jui-
cio que se ha pintado jamás (que es el de Micael
Angel), descubriendo la razón que tuve para histo-
rias así, sacarémos de todo apurado el ñn de este
punto.
Y dando principio á este discurso (que no será pien-
so de poco gusto á los que hubieran visto la ejecu-
ción de este cuadro ó el dibujo que yo tengo de él),
digo que observé y vi todas las invenciones que yo
pude y andan en estampa (que son muchas) de esta
copiosa historia, y vi particularmente la de Micael.