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https://doi.org/10.11588/diglit.33467#0348
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ARTE DE LA PINTURA.
la pantorrilla hasta pasados los tobillos, al principio
del calcañar, hay otro tanto ; y desde allí al Rn de la
planta hay un tercio. Las medidas del largo y ancho
del brazo por el codo, se hallarán en las del frontero
y de lado. Lo que toca al ancho por la espalda está
ya referido en la Rgura frontera, y yo he concluido
en esta con la más importante'proporcion. Y tomo
licencia (por no cansar) para dar Rn á este capítulo.
CAPITULO VIL
EN QUE SE CONCLUYEN LAS PROPORCIONES PROMETIDAS.
cuarta rr.p.rci.n No estoy arrepentido de haber excusado poner en
dei var.n fucne de esta obra Rguras (como lo dije en el capítulo del
Lib.2pr.po!uóni dibujo) y más cuando me pongo á considerar de la.
manera que Alberto Durero debujó las de su libro,
que no se cansan de admirar los artíRces, y particu-
larmente Pablo de Céspedes, racionero de Córdoba,
viendo con solos los perñles, sin sombras, una Rgura
redonda y de carne. Pero donde (á mi ver) se exce-
dió este ilustre varón, fue en esta del hombre robus-
to, por tres partes, donde está tan lejos de parecer
Ramenco, que (á mi juicio) parecen estas Rguras de-
bujadas con la gran manera de Micael Angel, ó de
su mesma mano. Y así me maravillo que habiéndolas
visto se haya atrevido alguno á estampar otras á este
mesmo intento (saco de este número á Becerra, por -
que le fué forzoso para demostración de los múscu-
ARTE DE LA PINTURA.
la pantorrilla hasta pasados los tobillos, al principio
del calcañar, hay otro tanto ; y desde allí al Rn de la
planta hay un tercio. Las medidas del largo y ancho
del brazo por el codo, se hallarán en las del frontero
y de lado. Lo que toca al ancho por la espalda está
ya referido en la Rgura frontera, y yo he concluido
en esta con la más importante'proporcion. Y tomo
licencia (por no cansar) para dar Rn á este capítulo.
CAPITULO VIL
EN QUE SE CONCLUYEN LAS PROPORCIONES PROMETIDAS.
cuarta rr.p.rci.n No estoy arrepentido de haber excusado poner en
dei var.n fucne de esta obra Rguras (como lo dije en el capítulo del
Lib.2pr.po!uóni dibujo) y más cuando me pongo á considerar de la.
manera que Alberto Durero debujó las de su libro,
que no se cansan de admirar los artíRces, y particu-
larmente Pablo de Céspedes, racionero de Córdoba,
viendo con solos los perñles, sin sombras, una Rgura
redonda y de carne. Pero donde (á mi ver) se exce-
dió este ilustre varón, fue en esta del hombre robus-
to, por tres partes, donde está tan lejos de parecer
Ramenco, que (á mi juicio) parecen estas Rguras de-
bujadas con la gran manera de Micael Angel, ó de
su mesma mano. Y así me maravillo que habiéndolas
visto se haya atrevido alguno á estampar otras á este
mesmo intento (saco de este número á Becerra, por -
que le fué forzoso para demostración de los múscu-