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Sztuka Ameryki Łacińskiej — 2.2012

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Rey Márquez, Juan Ricardo: La imagen colonial neogranadina y su aurea mediocritas
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https://doi.org/10.11588/diglit.52436#0160
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Juan Ricardo Rey-Márquez

stencia de estados nacionales - y mencionan la voluntad artística o Kunstwol-
len, porque tienen parte de una mirada formalista. Aunque no se cita mucho
a Alois Riegl, si es muy seguido Heinrich Wólfflin, autor de Conceptos funda-
mentales en la historia del arte (1915), obra difundida para el habla hispana por
José Ortega y Gasset desde la Revista de occidente, luego editada por Espasa-
-Calpe en la colección Ideas del siglo XX, en 1924. Por esta vía llegó el formali-
smo de Wólfflin al historiador argentino Angel Guido11, uno de los precursores
en la investigación del arte colonial hispanoamericano, que en sus trabajos Fu-
sión hispano-indígena en la arquitectura colonial, de 1925, y Redescubrimien-
to de América en el arte, de 1944, le dio al formalismo valor operativo para el
estudio del arte colonial. Este autor es entonces, un eslabón para la llegada del
pensamiento formalista a Latinoamérica.
Aunque no se encuentren en los autores citados, en principio, los famosos
pares conceptuales de Wólfflin (de lo lineal y lo pictórico, superficie y profun-
didad, forma cerrada y forma abierta, etc.) si se acude a la búsqueda de lo que él
llama una “historia interna [...] de la historia natural del arte, no de los proble-
mas de la historia de los artistas”12. Esta historia del arte sin nombres, se basa
en el problema estilístico. Para Wólfflin es posible individualizar la producción
de un artista “...no ya por los signos particulares y externos de la ‘manera’,
sino porque todo lo esencial del sentimiento de la forma está contenido ya en el
más pequeño trozo”13. Y así, por sinécdoque, se confiere un valor significativo
al fragmento para la comprensión del estilo, compuesto por la maniera - o for-
ma de hacer - y el sentimiento - o interpretación del modelo.
A partir de este análisis, Wólfflin induce el carácter de las escuelas nacio-
nales, pues para él “junto al estilo personal aparece el de escuela, país y raza”14,
y así los puntos de contacto de una obra con el medio en el que se produjo se-
rían entonces “...las bases de la sensibilidad nacional”15. Esta propuesta expli-
ca la mención de naciones modernas en los textos de los autores citados, com-
plementaria de la filosofía de Hipolitte Taine, con ecos hegelianos. La frase que
abre La pintura en Colombia de Giraldo Jaramillo dice: “La obra de arte [...]
se halla determinada por el conjunto que resulta del estado general del espíri-
tu y las costumbres ambientes”16. Esta idea no dista mucho del pensamiento de
Taine, para quien las condiciones ambientales y las manifestaciones del espíri-

11 Bayón 1970: 16.
12 WÓLFFLIN [1915] 1983: XIII.
13 WÓLFFLIN [1915] 1983: 7.
14 WÓLFFLIN [1915] 1983:9-10.
15 Wólfflin [1915] 1983: 10-11.
16 Giraldo Jaramillo [1948] 1980: 71.
 
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