106
Carlos Dimeo
esas formas que se plantearon los franciscanos también puso en práctica una
de las bases de todo proceso de gestión comunicacional, puesto que tenían cla-
ro que la estrategia de «invasión» cultural exigía un primer proceso de asimi-
lación, esto era parecerse al otro, camuflarse, para posteriormente convertirlo
a un «como yo» (en palabras de Herlinghaus diríamos narrar y reparar), y los
franciscanos con su teatro frecuentaron (inconscientemente) este modelo; en el
texto presentado en los documentos del postgrado por Luciana Grandi, «Comu-
nicación, reputación y responsabilidad»29, se puede leer:
Según Gibnicow, una institución cultural debe tener muy claro a qué tipo
o tipos distintos de público se dirige y en función de eso elaborar y poner
en marcha un plan estratégico de comunicación dirigido a esos públicos.
“Claramente lo que primero construye “buena imagen” es la programa-
ción, la calidad de los contenidos. Luego, saber cómo y dónde comuni-
carlos, con qué medios asociarse y con cuáles no. En museos de arte,
Malba tiene muy buena imagen. Su edificio, su colección, sus exposi-
ciones temporarias, su tienda, su restaurante, su programación de cine,
todo esto ha hecho que la gente vea con buenos ojos este emprendimien-
to que goza de gran prestigio entre la comunidad. Creo que este es el me-
jor ejemplo de los últimos años en la Argentina, donde se ha profesiona-
lizado la gestión cultural mirando modelos internacionales. Pedirle a una
persona que te nombre un museo al azar y que te conteste “Malba” no es
poca cosa. Haber logrado eso en 9 años es impresionante30.
Sobre la base de todo esto se apoya parte de nuestra tesis, la que además
se sustenta sobre los trabajos de investigación que realizara Fernando Horca-
sitas y en base a los textos traducidos por los franciscanos para la catequesis
llevada a través del teatro Náhuatl31 donde apunta cuál fue la fuente primordial
por la que, y a través de ella, los franciscanos pusieron en marcha esta comple-
ja campaña. Comprenderlo para el mundo religioso supuso un cambio cuantio-
so y poderoso; motivo entonces que justificó todo el proyecto intelectual y cul-
tural desarrollado. Tanto la traducción como la formación a través de los textos
reescritos por los frailes; en este libro Horcasitas nos abre la experiencia y nos
la clarifica:
El primero fue escrito por fray Blas de la Torre por el año 1650. En Cho-
lula eran re-presentados los neixcuitiles los domingos de cuaresma; “para
que conmoviesen a los otros e indujesen al arrepentimiento de sus cul-
pas y hacer o incitar las devociones que ellos se representaban, según la
cabalidad o caso de dicho neixcuitiles, caso necesarísimo al indio, que
29 Luciana 2010.
30 Luciana 2010.
31 Horcasitas 1975
Carlos Dimeo
esas formas que se plantearon los franciscanos también puso en práctica una
de las bases de todo proceso de gestión comunicacional, puesto que tenían cla-
ro que la estrategia de «invasión» cultural exigía un primer proceso de asimi-
lación, esto era parecerse al otro, camuflarse, para posteriormente convertirlo
a un «como yo» (en palabras de Herlinghaus diríamos narrar y reparar), y los
franciscanos con su teatro frecuentaron (inconscientemente) este modelo; en el
texto presentado en los documentos del postgrado por Luciana Grandi, «Comu-
nicación, reputación y responsabilidad»29, se puede leer:
Según Gibnicow, una institución cultural debe tener muy claro a qué tipo
o tipos distintos de público se dirige y en función de eso elaborar y poner
en marcha un plan estratégico de comunicación dirigido a esos públicos.
“Claramente lo que primero construye “buena imagen” es la programa-
ción, la calidad de los contenidos. Luego, saber cómo y dónde comuni-
carlos, con qué medios asociarse y con cuáles no. En museos de arte,
Malba tiene muy buena imagen. Su edificio, su colección, sus exposi-
ciones temporarias, su tienda, su restaurante, su programación de cine,
todo esto ha hecho que la gente vea con buenos ojos este emprendimien-
to que goza de gran prestigio entre la comunidad. Creo que este es el me-
jor ejemplo de los últimos años en la Argentina, donde se ha profesiona-
lizado la gestión cultural mirando modelos internacionales. Pedirle a una
persona que te nombre un museo al azar y que te conteste “Malba” no es
poca cosa. Haber logrado eso en 9 años es impresionante30.
Sobre la base de todo esto se apoya parte de nuestra tesis, la que además
se sustenta sobre los trabajos de investigación que realizara Fernando Horca-
sitas y en base a los textos traducidos por los franciscanos para la catequesis
llevada a través del teatro Náhuatl31 donde apunta cuál fue la fuente primordial
por la que, y a través de ella, los franciscanos pusieron en marcha esta comple-
ja campaña. Comprenderlo para el mundo religioso supuso un cambio cuantio-
so y poderoso; motivo entonces que justificó todo el proyecto intelectual y cul-
tural desarrollado. Tanto la traducción como la formación a través de los textos
reescritos por los frailes; en este libro Horcasitas nos abre la experiencia y nos
la clarifica:
El primero fue escrito por fray Blas de la Torre por el año 1650. En Cho-
lula eran re-presentados los neixcuitiles los domingos de cuaresma; “para
que conmoviesen a los otros e indujesen al arrepentimiento de sus cul-
pas y hacer o incitar las devociones que ellos se representaban, según la
cabalidad o caso de dicho neixcuitiles, caso necesarísimo al indio, que
29 Luciana 2010.
30 Luciana 2010.
31 Horcasitas 1975