Hechos hierofánicos y experiencias místicas
157
[Fig. 10. Otra perspectiva de la cruz en el templo de Acolmán.]
Entre las costumbres y ceremonias de los grupos de indígenas contempo-
ráneos, a menudo siguen estando presentes reliquias de las creencias prehispá-
nicas del pasado, relacionadas sobre todo con el cultivo de la tierra. Esto es con
el objeto de que los campesinos indios puedan rendir culto a estos alimentos.
Es de hacer notar que anteriormente, cultivar la tierra formaba parte del medio
de subsistencia básico entre ellos. Sin embargo, la religión de las élites aztecas
desapareció completamente ya que los ataques más furibundos, y que conlle-
vaban un objetivo muy concreto, fueron llevados a cabo por los conquistadores
y dirigidos sobre todo hacia los grupos de poder político y religioso de las et-
nias. En estas cruentas y despiadadas batallas, no sólo participaban los soldados
españoles, sino también los sacerdotes y misioneros (como representantes del
poder eclesiástico, de la fe y de las organizaciones religiosas). A pesar de ello,
y de las fuertes pugnas contra las creencias de los antiguos pobladores, sobre-
vivieron algunas antiguas creencias del pueblo agrícola, también ciertas prác-
ticas, obras acodadas de un profundo carácter mágico, creencias en los muer-
tos, propiedades terapéuticas de ciertas plantas y hierbas, etc. Muchas de estas
creencias todavía las podemos encontrar en el catolicismo popular indio de hoy
en día, formando en consecuencia una “particular” mezcla de un cristianismo
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[Fig. 10. Otra perspectiva de la cruz en el templo de Acolmán.]
Entre las costumbres y ceremonias de los grupos de indígenas contempo-
ráneos, a menudo siguen estando presentes reliquias de las creencias prehispá-
nicas del pasado, relacionadas sobre todo con el cultivo de la tierra. Esto es con
el objeto de que los campesinos indios puedan rendir culto a estos alimentos.
Es de hacer notar que anteriormente, cultivar la tierra formaba parte del medio
de subsistencia básico entre ellos. Sin embargo, la religión de las élites aztecas
desapareció completamente ya que los ataques más furibundos, y que conlle-
vaban un objetivo muy concreto, fueron llevados a cabo por los conquistadores
y dirigidos sobre todo hacia los grupos de poder político y religioso de las et-
nias. En estas cruentas y despiadadas batallas, no sólo participaban los soldados
españoles, sino también los sacerdotes y misioneros (como representantes del
poder eclesiástico, de la fe y de las organizaciones religiosas). A pesar de ello,
y de las fuertes pugnas contra las creencias de los antiguos pobladores, sobre-
vivieron algunas antiguas creencias del pueblo agrícola, también ciertas prác-
ticas, obras acodadas de un profundo carácter mágico, creencias en los muer-
tos, propiedades terapéuticas de ciertas plantas y hierbas, etc. Muchas de estas
creencias todavía las podemos encontrar en el catolicismo popular indio de hoy
en día, formando en consecuencia una “particular” mezcla de un cristianismo