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Sztuka Ameryki Łacińskiej — 4.2014

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Kotarski, Jędrzej: Grafiti en América Latina parte III: el caso de México: la influencia de las rebeliones socio-políticas en el grafiti de los estados Chiapas y Oaxaca
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https://doi.org/10.11588/diglit.52437#0195
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Grafiti en América Latina parte III. El caso de México

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grafiti. Las informaciones trasmitidas por los medios internacionales llegaban
con retraso, y los medios nacionales desinformaban a la sociedad. De noche, los
pintores de grafiti hacían clandestinamente varias inscripciones sobre los acon-
tecimientos indignantes. El grafiti desempeñó un papel muy importante en sa-
car a la luz la verdad sobre la delincuencia y llegó a ser el modo visual de re-
clamar la justicia22.
En Oaxaca los grafiti aparecían sobre todo en los muros y las paredes de
los edificios públicos situados en las calles principales del centro de la ciudad.
Muchos de ellos fueron pintados en frente de las oficinas de la administración
u otros lugares especialmente expuestos a la vista pública, p.ej. en la plaza de la
catedral, en las estaciones, en las radioemisoras, etc. Muy raramente o casi nun-
ca este tipo de inscripciones aparecía en las paredes de casas privadas, porque
eso exponía a los habitantes concretos al peligro del uso de la violencia contra
ellos por parte del gobierno.
Los grafiti eran aplicados en secreto, generalmente por la noche o duran-
te unos tumultos fingidos, que separaban a los transeúntes de lo que pasaba de-
trás de su espalda. Al principio, la mayoría de los autores de los moldes era anó-
nima. Los que realizaban el proyecto, debido al peligro relacionado, actuaban
generalmente en grupos bien organizados. Con el tiempo, los artistas de grafiti
formaron una organización (ASARA)23.
La técnica, tipología y composición del grafiti de Oaxaca es variada, pero
relativamente pobre. La técnica más popular, debido a su rapidez de creación,
gastos limitados, la posibilidad de copiar, repetir y reconstruir después de los
actos de destrucción continuos (por el ejército o por la policía), era la de los
moldes con lemas actuales o imágenes sencillas. Por supuesto, había también
otras técnicas, incluidos los murales clásicos pero estos se destruían tan rápida-
mente (a pesar del tiempo y dinero gastados en su producción), que esta técni-
ca pronto fue abandonada. Volvió a aparecer sólo después del año 2011 en las
galerías y exposiciones, donde se reunían los artistas más famosos, que de me-
moria recreaban los trabajos que aludían a los acontecimientos de la última dé-
cada24.
Generalmente, el grafiti revolucionario de Oaxaca disponía de colores
bastante reducidos: lo más frecuente era usar el negro y el rojo que simbolizaba
sangre, mientras que los demás colores solían ser monocromáticos y apagados.

22 Nevaer 2009: 68-70.
23 Nevaer 2009.
24 Gastman, Neelson 2011.
 
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