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Sztuka Ameryki Łacińskiej — 9.2019

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Szoblik, Katarzyna: El canto a San Francisco o las exequias de Sebastiàn Ramírez de Fuenleal?: una aproximación a llamado "Pipilcuicatl" o "Canto de niños" del manuscrito de "Cantares mexicanos"
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Katarzyna Szoblik

gracias a la colaboración bastante fiel con la administración española logró
mantenerlo hasta 1554.63 Fue, pues, como Huanitzin, un gobernante aceptado
por ambas partes.
Finalmente, tampoco se puede excluir la posibilidad de que se trate aquí
de uno de “la gente de la iglesia” que prepararon y guiaron este canto, espe-
cialmente tomando en cuenta que los Anales de Juan Bautista mencionan a dos
personas de este nombre, concretamente a don Francisco Quetzalayatl y don
Francisco Matlalacaca.64
Esta parte “histórica” del canto parece tener una estructura que correspon-
de a la cronología de los acontecimientos memorizados por los testigos de los
cambios drásticos de los años directamente siguientes a la conquista. Empieza
con la evocación de los gobernantes de Coyoacan, es decir, el lugar donde Cor-
tés se estableció en 1521 después de la caída de Tenochtitlan y donde emprisio-
nó a los representantes de la alta nobleza indígena, entre otros a Cuauhtemoc.
Quauhpopoca pertenece todavía a los tiempos de la guerra contra los españo-
les: es uno de los mensajeros de Motecuhzoma que fueron a darle la bienvenida
a Cortés recién llegado a la costa de Veracruz y uno de los primeros nobles ma-
tados por los conquistadores. Su hijo y sucesor en el trono de Coyoacan, Ceto-
chtzin, compartió la suerte del padre muy poco después, durante la ejecución de
los últimos gobernantes indígenas electos de acuerdo con las leyes de sucesión
prehispánicas, ordenada por Cortés durante su viaje a Honduras en 1525. Lue-
go se evocan los gobernantes de Tlacopan y Texcoco, es decir dos de las tres
ciudades de la antigua Triple Alianza, que fueron ya impuestos por los españo-
les y que ejercieron sus cargos durante muy poco tiempo entre 1526-1530/31.
El primero, Yoyontzin, muere por causa de la epidemia causada por los micro-
bios europeos, el segundo, Gabriel, es llevado por Cortés a España. Dadas las
condiciones socio-políticas penosas que acompñaban el tiempo de su gobier-
no, así como el hecho de que los dos terminaron su vida de modo prematuro y
por culpa de los europeos, parece lógico que tanto Yoyontzin como Gabriel lle-
garan a convertirse en símbolos del caos e inestabilidad, que reinó en aquellos
años. Como observa Julia Madajczak65, solo con la toma del poder por Huani-
tzin y después por San Francisco, la situación empezó a estabilizarse. De esta
manera, la evocación de esos dos gobernantes al final de ese pasaje sería un sig-
no de la restitución del orden trastornado. Por otro lado, un papel simbólico pa-
recido podrían desempeñar también Juan de Guzmán Itztlolinqui y Francisco
de Sandoval.
63 Alva Ixtlilxochitl 2000: 318; Chimalpahin Quauhtlehuanitzin 2003: 207, en: Ma-
dajczak 2006: 85-86.
64 Reyes García 2001: 165 (fol. lOv).
65 Comuncación personal, octubre 2019.
 
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