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Mirosław Mąka, Elżbieta Jodłowska
razones racionales de este fenómeno, explicables por la ciencia. Las investiga-
ciones que se han concentrado en los procesos químicos que acompañan la ago-
nía del cuerpo humano, combinadas con las investigaciones sobre las “prefe-
rencias” de olor de estos insectos han llevado a formular unas hipótesis creíbles
sobre este tema. Como se sabe, determinados estados de enfermedad dan como
efecto la secreción por parte del cuerpo de sustancias olfativas de composición
química muy determinada y que suelen ser indetectables por el hombre y, en
cambio, lo son perfectamente por los animales. Varios experimentos diagnósti-
cos llevados a cabo a este efecto han corroborado la capacidad empírica de cier-
tos animales a detectar enfermedades del hombre y, en particularidad, los cam-
bios cancerosos. Se encuentran muy avanzadas las investigaciones sobre este
tema y la literatura médica abunda en los tratados sobre el mismo. La eficien-
cia de la diagnóstica realizada con la participación de perros adiestrados para
que sean capaces de detectar marcadores olfativos de las diferentes variedades
del cáncer llega a situarse entre los 70 y los 90 por ciento. Vale la pena atraer
la atención al hecho de que se refiere a estadios precoces de la enfermedad en
cuestión o sea a periodos relativamente alejados del posible fallecimiento de la
víctima. En esa etapa no se dan todavía manifestaciones visibles (o palpables)
y el paciente aparece como si estuviese sano. Es difícil excluir la hipótesis de
que la chiririnka tenga unas capacidades diagnósticas similares. Estamos ante
un insecto con una sensibilidad olfativa excepcional.10 El fenómeno de concen-
trarse grupos de esta mosca alrededor de un hombre moribundo tiene segura-
mente una etiología científica, aunque esta última no se haya confirmado toda-
vía. Eso podría explicar tanto los casos de su aparición posada o revoloteando
sobre un hombre que evidencia estar cercano a la muerte, como, al igual, el he-
cho de que se posara sobre uno que no presenta todavía síntomas de entrar en
el estado previo a la muerte. En el contexto andino tal circunstancia no corres-
ponde a las enfermedades cancerosas ya que éstas casi no se dan en el mismo11
puede sin embargo, tener relación con la “percepción olfativa” de nuestra mos-
ca de aquellos procesos químicos que se dan en las fases precoces de otras en-
fermedades típicas para esta parte del mundo o bien aquellos que acompañan la
atrofia senil (atrophis senilis) en marcha.
Cabe señalar, sin embargo, que en el caso de que tal hipótesis se corrobo-
rara, solo traduciría cierta parte de los casos posibles de explicar siguiendo la
orden dialéctica de las ciencias. De por su carácter, la misma iría sin embargo
en contra del caudal autónomo de la lógica mítica que define de forma total-
mente distinta las fuentes y la naturaleza de las enfermedades. El fenómeno de
10 Connor 2008: 51-53.
11 Ryn 2007: 129-130.
Mirosław Mąka, Elżbieta Jodłowska
razones racionales de este fenómeno, explicables por la ciencia. Las investiga-
ciones que se han concentrado en los procesos químicos que acompañan la ago-
nía del cuerpo humano, combinadas con las investigaciones sobre las “prefe-
rencias” de olor de estos insectos han llevado a formular unas hipótesis creíbles
sobre este tema. Como se sabe, determinados estados de enfermedad dan como
efecto la secreción por parte del cuerpo de sustancias olfativas de composición
química muy determinada y que suelen ser indetectables por el hombre y, en
cambio, lo son perfectamente por los animales. Varios experimentos diagnósti-
cos llevados a cabo a este efecto han corroborado la capacidad empírica de cier-
tos animales a detectar enfermedades del hombre y, en particularidad, los cam-
bios cancerosos. Se encuentran muy avanzadas las investigaciones sobre este
tema y la literatura médica abunda en los tratados sobre el mismo. La eficien-
cia de la diagnóstica realizada con la participación de perros adiestrados para
que sean capaces de detectar marcadores olfativos de las diferentes variedades
del cáncer llega a situarse entre los 70 y los 90 por ciento. Vale la pena atraer
la atención al hecho de que se refiere a estadios precoces de la enfermedad en
cuestión o sea a periodos relativamente alejados del posible fallecimiento de la
víctima. En esa etapa no se dan todavía manifestaciones visibles (o palpables)
y el paciente aparece como si estuviese sano. Es difícil excluir la hipótesis de
que la chiririnka tenga unas capacidades diagnósticas similares. Estamos ante
un insecto con una sensibilidad olfativa excepcional.10 El fenómeno de concen-
trarse grupos de esta mosca alrededor de un hombre moribundo tiene segura-
mente una etiología científica, aunque esta última no se haya confirmado toda-
vía. Eso podría explicar tanto los casos de su aparición posada o revoloteando
sobre un hombre que evidencia estar cercano a la muerte, como, al igual, el he-
cho de que se posara sobre uno que no presenta todavía síntomas de entrar en
el estado previo a la muerte. En el contexto andino tal circunstancia no corres-
ponde a las enfermedades cancerosas ya que éstas casi no se dan en el mismo11
puede sin embargo, tener relación con la “percepción olfativa” de nuestra mos-
ca de aquellos procesos químicos que se dan en las fases precoces de otras en-
fermedades típicas para esta parte del mundo o bien aquellos que acompañan la
atrofia senil (atrophis senilis) en marcha.
Cabe señalar, sin embargo, que en el caso de que tal hipótesis se corrobo-
rara, solo traduciría cierta parte de los casos posibles de explicar siguiendo la
orden dialéctica de las ciencias. De por su carácter, la misma iría sin embargo
en contra del caudal autónomo de la lógica mítica que define de forma total-
mente distinta las fuentes y la naturaleza de las enfermedades. El fenómeno de
10 Connor 2008: 51-53.
11 Ryn 2007: 129-130.