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Sztuka Ameryki Łacińskiej — 9.2019

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Ortiz Ramos, Juan Pablo: Vencer el miedo para recuperar la identidad: el conflicto armado en Colombia y la masacre de Bojayá
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Vencer el miedo para recuperar la identidad

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los frentes 5 y 57 del Bloque José María Córdoba de las FARC siguieran avan-
zando.31 La confrontación se desarrolló, en un primer momento, en la zona rural
de los municipios, pero no pasó mucho tiempo para que se desplazara a puntos
más estratégicos como el casco urbano, en este caso Bellavista.
Las casas de los habitantes del municipio eran humildes, hechas de made-
ra, con unos pilotes que les servían de base y las resguardaban cuando el río se
desbordaba e inundaba el casco urbano. Una solución ingeniosa, que los pro-
tegía del agua, pero no de las balas. Es por eso, que la mayoría de los pobla-
dores, al arreciar los disparos, y ya entrada la noche, corrieron a refugiarse en
una de las tres edificaciones de material con las que contaba la cabecera muni-
cipal, a saber: el templo parroquial San Pablo Apóstol, la casa de las Hermanas
Agustinas y la casa cural. La mayoría de las personas se dirigió hacia la iglesia,
como acotan Lancheros Ruiz y Rincón Ortiz “por ser la edificación de cemento
más grande y por tratarse de un lugar sagrado” y, “a nadie le pasó por la cabeza
que fueran a irrespetar el templo, a nadie se le ocurrió que meterse allí marca-
ría el último día de sus vidas”.32 Es así como alrededor de 300 personas, niños
y ancianos incluidos, pasaron esa terrible noche de angustia en el templo.33 Los
acompañaban el párroco, el padre Antún Ramos, y otros dos sacerdotes, quie-
nes trataban de gestionar lo inmanejable.
A la mañana siguiente, después de una breve tregua no concertada, un
poco antes de las diez, la guerrilla instaló dos lanzadores de cilindros bomba.34
A pesar del riesgo que implicaba lanzar estos artefactos contra objetivos en mo-
vimiento, los guerrilleros recibieron la orden de lanzar las pipetas. Fueron un
total de cuatro. La primera explotó cerca de la iglesia, a unas cuantas decenas
de metros de distancia. La segunda y la cuarta cayeron sin explotar, una en el
patio trasero del puesto de salud, cerca de la casa cural, la otra detrás de la casa
de las Hermanas Agustinas. Sin embargo, el tercer cilindro rompió el techo del
templo parroquial, y se coló hasta impactar con el altar, explotando en medio
de todos los allí guarecidos.35
Lo que siguió fue una imagen apocalíptica. En palabras de Lancheros
Ruiz y Rincón Ortiz: “gente desmembrada buscaba la salida; se oían llantos,
31 Lancheroz Ruiz, Rincón Ortiz 2007: 444.
32 Lancheroz Ruiz, Rincón Ortiz 2007: 449.
33 Sanchez Gómez 2010: 57.
34 Los cilindros bomba consisten en una pipeta de gas común trasformada en un artefacto ex-
plosivo no convencional. Normalmente el cilindro se encuentra relleno de explosivos y metra-
lla. La metralla está compuesta por pequeños pedazos de metal que causan heridas contundentes
al ser expulsados violentamente en el momento de la explosión. Los lanzadores de estas pipetas
normalmente son rudimentarios y no ofrecen un control adecuado, ni de la dirección, ni del lu-
gar de la explosión del cilindro.
35 Sánchez Gómez 2010: 58-59.
 
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