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ARTE DE LA P!KTUR.A.
hombres ó de animales para hacer la historia ma-
yor, si no le obliga el haber delante algún campo
ó historia que signifique impedir la vista de toda la
figura.
Hánse de poner en las historias figuras de todas
edades, niños, varones, mancebos y mujeres con
diferentes animales, edificios y países por lejos, que
es lo más agradable.
No pidiéndolo la historia, es enfadosa cosa la
muchedumbre de figuras sin necesidad, que estor-
ban las unas á las otras.
No estando bien acabado lo que á la historia per-
tenece no es agradable, porque muchas cosas dife-
rentes bien hechas dan sumo gusto á la vista.
También se debe usar en las historias, para que
se gocen las figuras, poner unas altas y otras bajas;
otras subidas en árboles, y sobre las columnas de
los edihcios asidas con ellas, y sobre diferentes sue-
los y campos levantados.
Las figuras principales y de mayor autoridad se
pongan siempre delante, ó en pié ó asentadas, para
que la historia sea luego conocida, conforme lo
pide la razón; y los que con ellas hablan ha de ser
con humildad y respeto.
Es cosa conveniente que cada figura haga el efec-
to que se pretende, y represente (como sucede en
una comedia) la parte que le pertenece, ó de grave-
dad, ó de humildad.
En suma, todas las acciones y efectos que hace
el natural se han de procurar en los efectos de
pintura.
Y que alguna figura en particular advierta al
ARTE DE LA P!KTUR.A.
hombres ó de animales para hacer la historia ma-
yor, si no le obliga el haber delante algún campo
ó historia que signifique impedir la vista de toda la
figura.
Hánse de poner en las historias figuras de todas
edades, niños, varones, mancebos y mujeres con
diferentes animales, edificios y países por lejos, que
es lo más agradable.
No pidiéndolo la historia, es enfadosa cosa la
muchedumbre de figuras sin necesidad, que estor-
ban las unas á las otras.
No estando bien acabado lo que á la historia per-
tenece no es agradable, porque muchas cosas dife-
rentes bien hechas dan sumo gusto á la vista.
También se debe usar en las historias, para que
se gocen las figuras, poner unas altas y otras bajas;
otras subidas en árboles, y sobre las columnas de
los edihcios asidas con ellas, y sobre diferentes sue-
los y campos levantados.
Las figuras principales y de mayor autoridad se
pongan siempre delante, ó en pié ó asentadas, para
que la historia sea luego conocida, conforme lo
pide la razón; y los que con ellas hablan ha de ser
con humildad y respeto.
Es cosa conveniente que cada figura haga el efec-
to que se pretende, y represente (como sucede en
una comedia) la parte que le pertenece, ó de grave-
dad, ó de humildad.
En suma, todas las acciones y efectos que hace
el natural se han de procurar en los efectos de
pintura.
Y que alguna figura en particular advierta al