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Sztuka Ameryki Łacińskiej — 4.2014

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Kotarski, Jędrzej: Grafiti en América Latina parte III: el caso de México: la influencia de las rebeliones socio-políticas en el grafiti de los estados Chiapas y Oaxaca
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https://doi.org/10.11588/diglit.52437#0193
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Grafiti en América Latina parte III. El caso de México

189

El grafiti revolucionario en Oaxaca
Aunque en varios aspectos muy parecido al de Chiapas, el grafiti de Oaxa-
ca creado en las últimas dos décadas tiene también las características propias.
Para entender bien su sentido y su naturaleza hace falta recordar brevemente el
contexto socio-político-cultural de los acontecimientos que tuvieron lugar en
aquella región en los años 1994-2012.
Como ya se ha mencionado anteriormente, las protestas sociales organi-
zadas allí despertaron el deseo de exponer la solidaridad con la actividad de los
zapatistas de Chiapas. Este ambiente fue intensificado por la desilusión con el
gobierno del PRI, la marginalización de los problemas del pueblo por las auto-
ridades locales, federales y centrales, así como las protestas contra el crecien-
te uso de fuerza como la única respuesta a las manifestaciones de la insatisfac-
ción social en el estado.
Entre 1995 y 2010 se produjeron varias situaciones de conflicto a gran es-
cala y unos cientos de enfrentamientos menores. La situación no cambió des-
pués de la pérdida del poder en el gobierno central por el PRI, que mantuvo su
estatus gobernante a nivel local16.
En las estructuras locales creció la anarquía. Los gobernadores siempre
habían sido traídos a Oaxaca de México y se reclutaban de las élites políticas
del PRI. Como tales, no conocían ni querían conocer los problemas locales, tra-
tando sus puestos como unos premios que se les merecían por su lealtad y es-
forzándose sólo por no hacerles problemas a las autoridades centrales. Cuando
después del año 2000 la situación no cambió, sino al contrario, se intensificó -
fue introducido el terror de las fuerzas estatales de represión y la eliminación
física de los oponentes, - creció la determinación de los ciudadanos corrientes,
y en especial de los más marginalizados, de origen étnico, indígena17.
La gente de Oaxaca desde el principio consideraba al nuevo gobernador
como un enemigo y ladrón que violaba los derechos humanos, la libertad de ex-
presión y de la prensa. En sus primeros días en el oficio Ruiz tuvo que enfren-
tarse con las grandes tensiones sociales y las huelgas del profesorado, que sin
embargo menospreció e igual que sus antecesores optó por el uso de la fuerza
y represiones para pacificar a la sociedad18.
Después del año 2000 la sociedad mexicana era ya diferente. Casi 20 mil
maestros de Oaxaca reunidos en SNTE {Sindicato Nacional de Trabajadores de
la Educación) se convirtieron en un fundamento real para el nuevo movimien-
16 Wessendorf 2009.
17 Calderón 2010: 176.
18 Gutiérrez 2009: 32.
 
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