La muerte simbólica
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advierte: Hermana. Si quieres por esta puerta entrar á gosar del Cielo con de-
voción, y reselo calla mira, y esta alerta la casa de Dios, es de oración en ella
silencio todo instante el Señor te mira constante y puede castigar, tu indevo-
ción. (Apéndice I)
La Monja crucificada
Fig. 2. Monja crucificada, reverso de la pintura del Beaterío de San Blas, Cusco, prin-
cipios del siglo XIX, anónimo.
En el reverso [fig. 2], sobre un fondo completamente azul, una monja con
el hábito carmelitano está atada sobre una cruz con los brazos extendidos y las
piernas juntas; al igual que el primero, viste hábito marrón y una toca blanca,
pero también un manto cuelga sobre sus hombros y cubre parcialmente su pe-
cho y bajo este, carga un rosario que rodea el escudo carmelita dibujado sobre
el escapulario.
El significado de sus atributos se explica en las cuatro cartelas que se dis-
tribuyen en los extremos laterales del cuadro (Apéndice II), lamentablemente
una de ellas con el texto totalmente deteriorado. La mano derecha sostiene un
cirio encendido y la izquierda deja colgar un látigo de tres colas, símbolos de
la caridad y la penitencia respectivamente; tiene los ojos vendados y la boca
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advierte: Hermana. Si quieres por esta puerta entrar á gosar del Cielo con de-
voción, y reselo calla mira, y esta alerta la casa de Dios, es de oración en ella
silencio todo instante el Señor te mira constante y puede castigar, tu indevo-
ción. (Apéndice I)
La Monja crucificada
Fig. 2. Monja crucificada, reverso de la pintura del Beaterío de San Blas, Cusco, prin-
cipios del siglo XIX, anónimo.
En el reverso [fig. 2], sobre un fondo completamente azul, una monja con
el hábito carmelitano está atada sobre una cruz con los brazos extendidos y las
piernas juntas; al igual que el primero, viste hábito marrón y una toca blanca,
pero también un manto cuelga sobre sus hombros y cubre parcialmente su pe-
cho y bajo este, carga un rosario que rodea el escudo carmelita dibujado sobre
el escapulario.
El significado de sus atributos se explica en las cuatro cartelas que se dis-
tribuyen en los extremos laterales del cuadro (Apéndice II), lamentablemente
una de ellas con el texto totalmente deteriorado. La mano derecha sostiene un
cirio encendido y la izquierda deja colgar un látigo de tres colas, símbolos de
la caridad y la penitencia respectivamente; tiene los ojos vendados y la boca