HISTORIA DE LAS ARTES INDUSTRIALES
209
Battista Alberti, Andrea Palladio y otros arquitectos
famosos publicaron libros o láminas sueltas ; Vignola
escribió su notable tratado sobre los cinco órdenes
arquitectónicos, que pronto se tradujo también al ale-
mán y al francés. Manuales magníficamente ilustrados
con grabados en cobre describen las antiguas ruinas
de Italia.
Capítulo VII
La casa y su ajuar
La casa italiana es una derivación de las de la Anti-
güedad, y está sometida, como aquélla, a las condiciones
climatológicas. En el Sur, todavía hoy, una parte impor-
tante de la vida diaria se desarrolla al aire libre o poco
menos : esta circunstancia no debe olvidarse cuando
consideramos las casas del Renacimiento. Éstas parecen
frías en exceso a los habitantes del Norte, pero bajo el
cielo cálido del Sur poseen un valor indudable. Por esto
el Renacimiento italiano las construye en piedra con
más frecuencia que en el Norte y aplica al interior las
formas de esta misma arquitectura.
Como al Renacimiento italiano tiene siempre la
habilidad de resumir una estructura en forma armónica
dándole además un aspecto arquitectónico y sin em-
bargo hermoso, subordinando todo lo accesorio al con-
junto, así también lo hace con el ajuar interior de la
casa (fig. 74). Todo concurre de modo homogéneo a
formar un gran conjunto, muchas veces grave, severo y
14. Lehnert : Historia de las artes industriales, II. 315-316.
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Battista Alberti, Andrea Palladio y otros arquitectos
famosos publicaron libros o láminas sueltas ; Vignola
escribió su notable tratado sobre los cinco órdenes
arquitectónicos, que pronto se tradujo también al ale-
mán y al francés. Manuales magníficamente ilustrados
con grabados en cobre describen las antiguas ruinas
de Italia.
Capítulo VII
La casa y su ajuar
La casa italiana es una derivación de las de la Anti-
güedad, y está sometida, como aquélla, a las condiciones
climatológicas. En el Sur, todavía hoy, una parte impor-
tante de la vida diaria se desarrolla al aire libre o poco
menos : esta circunstancia no debe olvidarse cuando
consideramos las casas del Renacimiento. Éstas parecen
frías en exceso a los habitantes del Norte, pero bajo el
cielo cálido del Sur poseen un valor indudable. Por esto
el Renacimiento italiano las construye en piedra con
más frecuencia que en el Norte y aplica al interior las
formas de esta misma arquitectura.
Como al Renacimiento italiano tiene siempre la
habilidad de resumir una estructura en forma armónica
dándole además un aspecto arquitectónico y sin em-
bargo hermoso, subordinando todo lo accesorio al con-
junto, así también lo hace con el ajuar interior de la
casa (fig. 74). Todo concurre de modo homogéneo a
formar un gran conjunto, muchas veces grave, severo y
14. Lehnert : Historia de las artes industriales, II. 315-316.