HISTORIA DE LAS ARTES INDUSTRIALES
229
Capítulo X
Trabajos en metales y piedra
Al carácter del Renacimiento y a su afición por las
figuras macizas corresponde más bien el modelado de
figuras en bronce fundido que el repujado en bronce y
latón o el forjado en hierro, aunque las obras de esta
última clase no desaparecen por completo.
a) Trabajos en bronce, latón y cobre
De este modo se forjan, por ejemplo en Italia, espe-
cialmente durante el primer período del Renacimiento,
numerosas verjas de hierro. Pero se nota una mayor
predilección por las verjas fundidas en bronce, como
la famosa verja de la catedral de Prato que creó el orfe-
bre florentino Bruno di Ser Lapo Mazzei en 1444, y que
Pasquino di Matteo adornó hacia 1460 con finos ange-
lillos. Esta preferencia por el bronce fundido se mani-
fiesta también en los llamadores de las puertas, mo-
delados casi siempre en bronce, con gran variedad y
decorados muchas veces con figuras. Por esta razón
renuncian muchas veces a la forma anular, caracterís-
tica de la Edad Media, y adoptan un modelo formado
por dos S afrontadas que un arco enlaza por debajo.
Se conservan notables llamadores de Juan de Bolonia
y otros artistas (fig. 85). En cambio, los soportes para
las antorchas usadas en los palacios, y que son una evo-
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Capítulo X
Trabajos en metales y piedra
Al carácter del Renacimiento y a su afición por las
figuras macizas corresponde más bien el modelado de
figuras en bronce fundido que el repujado en bronce y
latón o el forjado en hierro, aunque las obras de esta
última clase no desaparecen por completo.
a) Trabajos en bronce, latón y cobre
De este modo se forjan, por ejemplo en Italia, espe-
cialmente durante el primer período del Renacimiento,
numerosas verjas de hierro. Pero se nota una mayor
predilección por las verjas fundidas en bronce, como
la famosa verja de la catedral de Prato que creó el orfe-
bre florentino Bruno di Ser Lapo Mazzei en 1444, y que
Pasquino di Matteo adornó hacia 1460 con finos ange-
lillos. Esta preferencia por el bronce fundido se mani-
fiesta también en los llamadores de las puertas, mo-
delados casi siempre en bronce, con gran variedad y
decorados muchas veces con figuras. Por esta razón
renuncian muchas veces a la forma anular, caracterís-
tica de la Edad Media, y adoptan un modelo formado
por dos S afrontadas que un arco enlaza por debajo.
Se conservan notables llamadores de Juan de Bolonia
y otros artistas (fig. 85). En cambio, los soportes para
las antorchas usadas en los palacios, y que son una evo-