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https://doi.org/10.11588/diglit.67618#0308
304
GEORG LEHNERT
Capítulo XIX
El mobiliario
Ya en la época gótica se distingue la Europa septen-
trional de la meridional, porque ésta emplea más la
madera blanda de pino y aquélla la de encina, más dura.
Esta diferencia se sigue notando en el Renacimiento.
Como consecuencia de los descubrimientos geográficos
comienza la importación de maderas de ultramar, espe-
cialmente la de ébano.
También en el Renacimiento nórdico conservan su
importancia las arcas. Se colocan en la sala, y en ellas
se guardan los vestidos, ropa blanca, papeles, dinero y
objetos preciosos. En el Sur de Alemania, el frente del
arcón se divide muchas veces en zócalo y caja, y ésta,
a su vez, en bastidores y paños o tableros de relleno,
casi siempre con tres divisiones. Ante los frisos verti-
cales de los bastidores se colocan columnas o pilastras
sencillas o geminadas, entre las cuales voltean arcos de
medio punto, y los tableros de relleno se adornan por
medio de ricas labores de incrustación. Con gran fre-
cuencia se reproducen cuadros con perspectivas arqui-
tectónicas en labor de taracea, pues entonces, como en
Italia (cfs. pág. 223), se enorgullecían por haber compren-
dido las leyes de la perspectiva y se hacía ostentación
de este conocimiento. En el Norte, por el contrario,
consideraban el frente de los arcenes como un espacio
adecuado para el trabajo de talla, animándolo con figu-
GEORG LEHNERT
Capítulo XIX
El mobiliario
Ya en la época gótica se distingue la Europa septen-
trional de la meridional, porque ésta emplea más la
madera blanda de pino y aquélla la de encina, más dura.
Esta diferencia se sigue notando en el Renacimiento.
Como consecuencia de los descubrimientos geográficos
comienza la importación de maderas de ultramar, espe-
cialmente la de ébano.
También en el Renacimiento nórdico conservan su
importancia las arcas. Se colocan en la sala, y en ellas
se guardan los vestidos, ropa blanca, papeles, dinero y
objetos preciosos. En el Sur de Alemania, el frente del
arcón se divide muchas veces en zócalo y caja, y ésta,
a su vez, en bastidores y paños o tableros de relleno,
casi siempre con tres divisiones. Ante los frisos verti-
cales de los bastidores se colocan columnas o pilastras
sencillas o geminadas, entre las cuales voltean arcos de
medio punto, y los tableros de relleno se adornan por
medio de ricas labores de incrustación. Con gran fre-
cuencia se reproducen cuadros con perspectivas arqui-
tectónicas en labor de taracea, pues entonces, como en
Italia (cfs. pág. 223), se enorgullecían por haber compren-
dido las leyes de la perspectiva y se hacía ostentación
de este conocimiento. En el Norte, por el contrario,
consideraban el frente de los arcenes como un espacio
adecuado para el trabajo de talla, animándolo con figu-