III
La pintura alemana desde 1350 a 1550
La iniciación de la nueva pintura alemana sobre
tabla data de la segunda mitad del siglo xiv (1). El
material, desgraciadamente no muy copioso, que ha
llegado hasta nosotros, muestra desde un principio,
de un modo claro, que no eran acogidas con disgusto
las nuevas tendencias inspiradas en representación
figural plástica o, expresándonos en sentido negativo,
en el abandono del estilo plano lineal ; con esto, la
fuerza de expresión se hizo más intensa y el elemento
decorativo no sufrió grave daño. Es cosa notoria que el
nuevo estilo plástico tiene su origen en el arte italiano ;
el estilo de Giotto y de sus continuadores llegó a Ale-
mania tras largos rodeos y, ya notablemente alterado,
tuvo un rival peligroso en aquel otro estilo internacio-
nal, aquel estilo rococó, elegante, delicado, sensitivo,
de fines del «Trecento», que, partiendo principalmente
de Siena, trascendió a Francia y luego también a
Alemania. De la misma manera, es cosa conocida que
(1) Wilhelm Worringer, Die Anfaenge der deutschen Tafel-
malerei. Leipzig, 1924.
Curt Galser, Die altdeutsche Malerei. Munich, 1924.
Ernest Heidrich, Die altdeutsche Malerei. 1909.
Fritz Burger, Die deutsche Malerei vom ausgehenden Mittel-
alter bis zum Ende der Renaissance. (Berlin-Neubabelsberg, 1913)
(continuada por J. Beth y H. Sghmitz).
Cari, Georg Heise, Norddeutsche Malerei. Leipzig, 1918.
La pintura alemana desde 1350 a 1550
La iniciación de la nueva pintura alemana sobre
tabla data de la segunda mitad del siglo xiv (1). El
material, desgraciadamente no muy copioso, que ha
llegado hasta nosotros, muestra desde un principio,
de un modo claro, que no eran acogidas con disgusto
las nuevas tendencias inspiradas en representación
figural plástica o, expresándonos en sentido negativo,
en el abandono del estilo plano lineal ; con esto, la
fuerza de expresión se hizo más intensa y el elemento
decorativo no sufrió grave daño. Es cosa notoria que el
nuevo estilo plástico tiene su origen en el arte italiano ;
el estilo de Giotto y de sus continuadores llegó a Ale-
mania tras largos rodeos y, ya notablemente alterado,
tuvo un rival peligroso en aquel otro estilo internacio-
nal, aquel estilo rococó, elegante, delicado, sensitivo,
de fines del «Trecento», que, partiendo principalmente
de Siena, trascendió a Francia y luego también a
Alemania. De la misma manera, es cosa conocida que
(1) Wilhelm Worringer, Die Anfaenge der deutschen Tafel-
malerei. Leipzig, 1924.
Curt Galser, Die altdeutsche Malerei. Munich, 1924.
Ernest Heidrich, Die altdeutsche Malerei. 1909.
Fritz Burger, Die deutsche Malerei vom ausgehenden Mittel-
alter bis zum Ende der Renaissance. (Berlin-Neubabelsberg, 1913)
(continuada por J. Beth y H. Sghmitz).
Cari, Georg Heise, Norddeutsche Malerei. Leipzig, 1918.