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https://doi.org/10.11588/diglit.61746#0037
LA PINTURA ALEMANA
33
La influencia de los Países Bajete se observa en in-
cremento desde el quinto decenio del siglo xv, y, sobre
todo, desde 1460. En un principio se imitan, más o menos
modificados, los tipos y composiciones enteras; después
se imitó la técnica de la nueva pintura flamenca al
óleo. Puede decirse, en general, que si el naturalismo de
los Países Bajos no ha producido estímulo alguno en el
arte alemán, en cambio ha presentado vigor en sus ten-
dencias, dirigidas en análogo sentido. Todavía será
indicado en su correspondiente lugar que aquellos terri-
torios alemanes más afines de raza y más próximos
geográficamente, o sea, el Bajo Rhin hasta Colonia,
Westfalia y países hanseáticos, lo mismo que en arqui-
tectura, recibieron una fuerte influencia neerlandesa
en la esfera de la Pintura.
Colonia
Colonia (1), como uno de los focos principales de la
Pintura alemana, desempeña un papel extraordinario
desde mediados del siglo xiv hasta los cuarenta prime-
ros años del xvi; no obstante sería inexacto decir que
de aquí partieron nuevos estímulos y se comunicaron
nuevas energías a las restantes comarcas alemanas.
Según todas las apariencias, en la época primitiva
artistas de la localidad actuaron ventajosamente; pero
a ellos se unieron, sobre todo en el transcurso del
siglo xv, pintores que procedían, con toda seguridad,
(1) J. J. Merlo, Koelnisc.h1 Kumstler. Nueva edición. Dussel-
dorf, 1895.
Ludwig Sgheibler y Carl Aldenhoven, Geschichte der
Koelner Malerschule. Lübeck, 1902.
A. Huppertz, Die altkoelnische Malerschule. Munich, 1914.
H. Foerster, Die Koelnische Malerei von Meister Wilhelm bis
Lochner. 1923.
Herbert Reiners, DieKoelner Malerschule. M. Gladbach, 1925.
Harald Brockmann, Die Spaetzeit der Koelner Malerschule.
Bonn, 1924.
3. Mayer : La Pintura alemana. 263.
33
La influencia de los Países Bajete se observa en in-
cremento desde el quinto decenio del siglo xv, y, sobre
todo, desde 1460. En un principio se imitan, más o menos
modificados, los tipos y composiciones enteras; después
se imitó la técnica de la nueva pintura flamenca al
óleo. Puede decirse, en general, que si el naturalismo de
los Países Bajos no ha producido estímulo alguno en el
arte alemán, en cambio ha presentado vigor en sus ten-
dencias, dirigidas en análogo sentido. Todavía será
indicado en su correspondiente lugar que aquellos terri-
torios alemanes más afines de raza y más próximos
geográficamente, o sea, el Bajo Rhin hasta Colonia,
Westfalia y países hanseáticos, lo mismo que en arqui-
tectura, recibieron una fuerte influencia neerlandesa
en la esfera de la Pintura.
Colonia
Colonia (1), como uno de los focos principales de la
Pintura alemana, desempeña un papel extraordinario
desde mediados del siglo xiv hasta los cuarenta prime-
ros años del xvi; no obstante sería inexacto decir que
de aquí partieron nuevos estímulos y se comunicaron
nuevas energías a las restantes comarcas alemanas.
Según todas las apariencias, en la época primitiva
artistas de la localidad actuaron ventajosamente; pero
a ellos se unieron, sobre todo en el transcurso del
siglo xv, pintores que procedían, con toda seguridad,
(1) J. J. Merlo, Koelnisc.h1 Kumstler. Nueva edición. Dussel-
dorf, 1895.
Ludwig Sgheibler y Carl Aldenhoven, Geschichte der
Koelner Malerschule. Lübeck, 1902.
A. Huppertz, Die altkoelnische Malerschule. Munich, 1914.
H. Foerster, Die Koelnische Malerei von Meister Wilhelm bis
Lochner. 1923.
Herbert Reiners, DieKoelner Malerschule. M. Gladbach, 1925.
Harald Brockmann, Die Spaetzeit der Koelner Malerschule.
Bonn, 1924.
3. Mayer : La Pintura alemana. 263.