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AUGUSTO L. MAYER
alemana. En Praga se decidió el destino del arte ale-
mán. La vida artística de la capital bohemia poseía, en
el siglo xiv, un marcado carácter internacional. El nu-
renbergués Sebaldo Weinschróter fué, durante 1348-55,
pintor de la corte de Carlos IV, sustituyéndole, desde
1357, Nicolás Wurmser de Estrasburgo. Junto a estos
dos artistas desplegó su actividad Teodorico de Praga,
muerto hacia el año 1360. No sólo el Emperador, sino
también el alto clero de Bohemia, se encontraba estre-
chamente unido con Aviñón en el terreno espiritual y
cultural. Esta fué la vía por donde se introdujo, en un
principio, en Bohemia, el arte sienés. Un ciclo con re-
presentaciones de la Vida de Cristo, que conserva la
Stiftsgalerie de Hohenfurt, nos muestra el estado de la
pintura bohemia a mediados del siglo xiv (lám. VI).
Poco más o menos del mismo tiempo es la Madona de
Glatz, del Kaiser Friedrich-Museum de Berlín, así como
una pequeña Crucifixión existente en la misma Galería,
cuyos soldados, jugando a los dados, acusan, por pri-
mera vez, el barbarismo del Este. Por lo demás, el grupo
al que esta pequeña tabla pertenece, demuestra una
estrecha dependencia con el arte francés de la misma
época. El elemento italiano alcanza, a través deTomaso
da Módena, el más decisivo aprecio. Pero los artistas
del país no fueron unos serviles imitadores, aunque
gustosamente se dejaron influir por los italianos, y así
observamos cómo dotan de una vida personal a sus
figuras, realizadas no ya en la manera plana, sino con
el más vigoroso plasticismo; ello nos lo prueban las me-
dias figuras de Santos que han llegado hasta nosotros,
existentes en el castillo de Karlstein. Pero pronto vienen
a simultanearse aquí dos tendencias : se conserva el
nuevo procedimiento plástico en la realización de las
cabezas, pero, en cambio, para los ropajes se adopta de
nuevo el antiguo estilo lineal, más bien plano, empleán-
dolo con la mayor riqueza de forma. El lincamiento
AUGUSTO L. MAYER
alemana. En Praga se decidió el destino del arte ale-
mán. La vida artística de la capital bohemia poseía, en
el siglo xiv, un marcado carácter internacional. El nu-
renbergués Sebaldo Weinschróter fué, durante 1348-55,
pintor de la corte de Carlos IV, sustituyéndole, desde
1357, Nicolás Wurmser de Estrasburgo. Junto a estos
dos artistas desplegó su actividad Teodorico de Praga,
muerto hacia el año 1360. No sólo el Emperador, sino
también el alto clero de Bohemia, se encontraba estre-
chamente unido con Aviñón en el terreno espiritual y
cultural. Esta fué la vía por donde se introdujo, en un
principio, en Bohemia, el arte sienés. Un ciclo con re-
presentaciones de la Vida de Cristo, que conserva la
Stiftsgalerie de Hohenfurt, nos muestra el estado de la
pintura bohemia a mediados del siglo xiv (lám. VI).
Poco más o menos del mismo tiempo es la Madona de
Glatz, del Kaiser Friedrich-Museum de Berlín, así como
una pequeña Crucifixión existente en la misma Galería,
cuyos soldados, jugando a los dados, acusan, por pri-
mera vez, el barbarismo del Este. Por lo demás, el grupo
al que esta pequeña tabla pertenece, demuestra una
estrecha dependencia con el arte francés de la misma
época. El elemento italiano alcanza, a través deTomaso
da Módena, el más decisivo aprecio. Pero los artistas
del país no fueron unos serviles imitadores, aunque
gustosamente se dejaron influir por los italianos, y así
observamos cómo dotan de una vida personal a sus
figuras, realizadas no ya en la manera plana, sino con
el más vigoroso plasticismo; ello nos lo prueban las me-
dias figuras de Santos que han llegado hasta nosotros,
existentes en el castillo de Karlstein. Pero pronto vienen
a simultanearse aquí dos tendencias : se conserva el
nuevo procedimiento plástico en la realización de las
cabezas, pero, en cambio, para los ropajes se adopta de
nuevo el antiguo estilo lineal, más bien plano, empleán-
dolo con la mayor riqueza de forma. El lincamiento