LA PINTURA ALEMANA
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lo que tal vez no sea en último término culpable la
selección que el artista hace de los asuntos. Conocido
es también Uhde por haber tratado temas bíblicos
empleando la indumentaria moderna (lám. LXX).
Munich, que siguió siempre con vacilaciones las
tendencias impresionistas (y que, no obstante, puede
pretender que Guillermo von Zügel sea considerado
como el pintor animalista más importante del impre-
sionismo), albergó, a principios del siglo xx, los dos
grupos artísticos que suponen: el uno, el fin de una ten-
dencia antigua, y el otro el comienzo de otra nueva :
la « Scholle », compuesta de artistas de carácter ilus-
tra tivo-decorativo, que aprovechan con. habilidad ele-
mentos procedentes del impresionismo y del arte de
Gauguin, pero cuya producción decorativa adolece de
cierto aspecto anémico sin crear ambiente nuevo alguno
(principales artistas de este grupo : Fritz Erler y Leo
Putz). El otro grupo, más joven, incomparablemente más
importante, es el del «blauer Reiter» (el Caballero azul),
capitaneado por el ruso Kandinski y por el muniqués
Franz Marc (1880-1916). Este grupo, al cual pertenecen
los preparadores del terreno para la aparición del moderno
expresionismo en Europa, tiende hacia una nueva pin-
tura absoluta que rompe completamente con el sensua-
lismo de la intuición básica naturalista de los pasados
500 años, adopta un marcado carácter intelectual e in-
tensifica los colores, rechaza en absoluto la pintura de
caballete en la forma corrientemente usada, e intenta
cultivar con preferencia una nueva pintura mural, lo
cual, lo mismo que otros puntos de vista espirituales,
le aproxima a los ideales de la Edad Media. Esta ten-
dencia que actualmente es vista como una fórmula ya
pasada, por lo menos en su primera gran fase, posee
su principal valor en el decorativismo puro que la in-
forma. Lo mismo que la escuela siguiente de «la nueva
objetividad», la cual colocaba en cierto contraste la
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lo que tal vez no sea en último término culpable la
selección que el artista hace de los asuntos. Conocido
es también Uhde por haber tratado temas bíblicos
empleando la indumentaria moderna (lám. LXX).
Munich, que siguió siempre con vacilaciones las
tendencias impresionistas (y que, no obstante, puede
pretender que Guillermo von Zügel sea considerado
como el pintor animalista más importante del impre-
sionismo), albergó, a principios del siglo xx, los dos
grupos artísticos que suponen: el uno, el fin de una ten-
dencia antigua, y el otro el comienzo de otra nueva :
la « Scholle », compuesta de artistas de carácter ilus-
tra tivo-decorativo, que aprovechan con. habilidad ele-
mentos procedentes del impresionismo y del arte de
Gauguin, pero cuya producción decorativa adolece de
cierto aspecto anémico sin crear ambiente nuevo alguno
(principales artistas de este grupo : Fritz Erler y Leo
Putz). El otro grupo, más joven, incomparablemente más
importante, es el del «blauer Reiter» (el Caballero azul),
capitaneado por el ruso Kandinski y por el muniqués
Franz Marc (1880-1916). Este grupo, al cual pertenecen
los preparadores del terreno para la aparición del moderno
expresionismo en Europa, tiende hacia una nueva pin-
tura absoluta que rompe completamente con el sensua-
lismo de la intuición básica naturalista de los pasados
500 años, adopta un marcado carácter intelectual e in-
tensifica los colores, rechaza en absoluto la pintura de
caballete en la forma corrientemente usada, e intenta
cultivar con preferencia una nueva pintura mural, lo
cual, lo mismo que otros puntos de vista espirituales,
le aproxima a los ideales de la Edad Media. Esta ten-
dencia que actualmente es vista como una fórmula ya
pasada, por lo menos en su primera gran fase, posee
su principal valor en el decorativismo puro que la in-
forma. Lo mismo que la escuela siguiente de «la nueva
objetividad», la cual colocaba en cierto contraste la