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https://doi.org/10.11588/diglit.61746#0068
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AUGUSTO L. MAYER
tablas. La tendencia a un bello ornamento de super-
ficies parece quedar muy rezagada, pero, en cambio,
adquiere vigor la antigua estructura monumental. En
las tablas del altar de Sterzing en Tirol, que se conser-
va en el Ayuntamiento de dicha población, ejecutadas
veinte años más tarde (1456-58), con cuatro escenas
de la vida de María y cuatro cuadros de la Pasión, cuyo
ornato plástico es obra tardía de Multscher; un pintor
más joven del taller de éste aportó tendencias nuevas
sobre la configuración, pero no con el gran monumenta-
lismo primitivo de las tablas anteriores, sino realizando
una labor fría, casi de tendencia clasicista, basada en el
arte neerlandés del círculo de Roger van der Weyden.
Ulm, la rica ciudad comercial, continúa siendo,
hasta bien entrado e] siglo xvi, un centro principal de
pintura suaba. La manera contemplativa suaba ad-
quiere aquí un sello artístico especia], característico. Al
mismo tiempo, influencias de otras comarcas, princi-
palmente franconianas, son accesibles a los más signi-
ficados artistas. Fuera de ]a ciudad de Ulm, en el
territorio limítrofe suabo-franconiano, se desarrolló una
pintura en la que unas veces prevalecía el elemento
suabo y en otras el francón. Antes de rendir homenaje
aquí al más importante artista del período último del
gótico ulmiano, séanos permitido recordar un maestro
que desarrolló su actividad en la antigua ciudad libre
de Nórdlingen y que también proveyó de retablos las
iglesias franconas : nos referimos a Federico Herlin (1)
(aparece por primera vez en 1459, m. en 1499 o en 1500).
Este maestro, que repetidamente se dejó influenciar
con marcada intensidad por la pintura flamenca, es
probable que durante su juventud viviera en los Países
Bajos. Los pintores que influyeron principalmente en
su obra fueron Roger van der Weyden, y más tarde el
(1) F. Haak, P. Herlin, Estrasburgo, 1900. — L. Buchner,
Die Werke Herlins. Münchner Jahrbuch XIII, 1923.
AUGUSTO L. MAYER
tablas. La tendencia a un bello ornamento de super-
ficies parece quedar muy rezagada, pero, en cambio,
adquiere vigor la antigua estructura monumental. En
las tablas del altar de Sterzing en Tirol, que se conser-
va en el Ayuntamiento de dicha población, ejecutadas
veinte años más tarde (1456-58), con cuatro escenas
de la vida de María y cuatro cuadros de la Pasión, cuyo
ornato plástico es obra tardía de Multscher; un pintor
más joven del taller de éste aportó tendencias nuevas
sobre la configuración, pero no con el gran monumenta-
lismo primitivo de las tablas anteriores, sino realizando
una labor fría, casi de tendencia clasicista, basada en el
arte neerlandés del círculo de Roger van der Weyden.
Ulm, la rica ciudad comercial, continúa siendo,
hasta bien entrado e] siglo xvi, un centro principal de
pintura suaba. La manera contemplativa suaba ad-
quiere aquí un sello artístico especia], característico. Al
mismo tiempo, influencias de otras comarcas, princi-
palmente franconianas, son accesibles a los más signi-
ficados artistas. Fuera de ]a ciudad de Ulm, en el
territorio limítrofe suabo-franconiano, se desarrolló una
pintura en la que unas veces prevalecía el elemento
suabo y en otras el francón. Antes de rendir homenaje
aquí al más importante artista del período último del
gótico ulmiano, séanos permitido recordar un maestro
que desarrolló su actividad en la antigua ciudad libre
de Nórdlingen y que también proveyó de retablos las
iglesias franconas : nos referimos a Federico Herlin (1)
(aparece por primera vez en 1459, m. en 1499 o en 1500).
Este maestro, que repetidamente se dejó influenciar
con marcada intensidad por la pintura flamenca, es
probable que durante su juventud viviera en los Países
Bajos. Los pintores que influyeron principalmente en
su obra fueron Roger van der Weyden, y más tarde el
(1) F. Haak, P. Herlin, Estrasburgo, 1900. — L. Buchner,
Die Werke Herlins. Münchner Jahrbuch XIII, 1923.