LA PINTURA ALEMANA
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que ninguno de estos dos maestros le hayan influenciado
de una manera decisiva. En cierta medida, Baldung es
un artista más refinado que todos sus contemporáneos
del Sur alemán. Recuerda un poco al maestro del altar
de San Bartolomé, de Colonia, aunque es menos ele-
gante. En sus cuadros todo aparece dispuesto decora-
tivamente en un primer término, sobre un corto esce-
nario. Un espíritu juguetón se mezcla con la reflexión
psicológica más refinada, como por ejemplo, en el Na-
cimiento de Jesús, existente en la Galería de Francfort.
Después de la obra maestra de su juventud, el altar
de San Sebastián, de 1507, que conserva el Museo Ger-
mánico, y el de los Reyes Magos, en Berlín, que, aunque
algo desmañados, están dotados de gran vigor, declina
un poco el arte del maestro en la famosa obra de su
madurez, el altar mayor de la catedral de Friburgo,
ejecutado entre 1513 y 1517 ; es ésta una composición
religiosa representativa del gótico barroco, desprovista
de un espíritu piadoso convincente, y que recuerda
más a Rubens que a Grünewald. En estas tablas predo-
minan los tonos favoritos del artista : azul oscuro y rojo.
El elemento romántico se manifiesta, principalmente,
en los pequeños cuadros de carácter religioso, como el
Descanso en la huida a Egipto (Nurenberg, Viena)
(lám. XLVI) y las Mujeres llorando a Jesús (Insbruck).
Baldung estudió el desnudo con especial afición, tanto en
la mujer como en el hombre. El artista intentó también
temporalmente realizar motivos italianos, pero desistió
pronto de ello. Más que en sus alegorías de la Sabiduría
y de la Música (1525, Munich, Antigua Pinacoteca), se
aproxima a la gracia de Cranach, correspondiente a la
nueva manera gótica, en su obra más tardía, las Eda-
des de la Vida (1544, Seusslitz, Colección Harck); sin
embargo, su espiritualidad alemánica se manifiesta en
la forma más italianizante del manierismo., por ejemplo :
las Brujas (1523, Francfort), y las dos grandes tablas
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que ninguno de estos dos maestros le hayan influenciado
de una manera decisiva. En cierta medida, Baldung es
un artista más refinado que todos sus contemporáneos
del Sur alemán. Recuerda un poco al maestro del altar
de San Bartolomé, de Colonia, aunque es menos ele-
gante. En sus cuadros todo aparece dispuesto decora-
tivamente en un primer término, sobre un corto esce-
nario. Un espíritu juguetón se mezcla con la reflexión
psicológica más refinada, como por ejemplo, en el Na-
cimiento de Jesús, existente en la Galería de Francfort.
Después de la obra maestra de su juventud, el altar
de San Sebastián, de 1507, que conserva el Museo Ger-
mánico, y el de los Reyes Magos, en Berlín, que, aunque
algo desmañados, están dotados de gran vigor, declina
un poco el arte del maestro en la famosa obra de su
madurez, el altar mayor de la catedral de Friburgo,
ejecutado entre 1513 y 1517 ; es ésta una composición
religiosa representativa del gótico barroco, desprovista
de un espíritu piadoso convincente, y que recuerda
más a Rubens que a Grünewald. En estas tablas predo-
minan los tonos favoritos del artista : azul oscuro y rojo.
El elemento romántico se manifiesta, principalmente,
en los pequeños cuadros de carácter religioso, como el
Descanso en la huida a Egipto (Nurenberg, Viena)
(lám. XLVI) y las Mujeres llorando a Jesús (Insbruck).
Baldung estudió el desnudo con especial afición, tanto en
la mujer como en el hombre. El artista intentó también
temporalmente realizar motivos italianos, pero desistió
pronto de ello. Más que en sus alegorías de la Sabiduría
y de la Música (1525, Munich, Antigua Pinacoteca), se
aproxima a la gracia de Cranach, correspondiente a la
nueva manera gótica, en su obra más tardía, las Eda-
des de la Vida (1544, Seusslitz, Colección Harck); sin
embargo, su espiritualidad alemánica se manifiesta en
la forma más italianizante del manierismo., por ejemplo :
las Brujas (1523, Francfort), y las dos grandes tablas